1800 Dios te esta esperando en oración.

¿Por que la apologética?

La apologética bíblica es una disciplina que se ocupa de la defensa y justificación racional de la fe cristiana a través del estudio y análisis de las Escrituras. Esta disciplina es de gran importancia ya que nos ayuda a entender y explicar las verdades fundamentales de nuestra fe, a responder a los desafíos y objeciones que se presentan contra ella, y a fortalecer nuestra propia fe en Cristo.

En primer lugar, la apologética bíblica nos ayuda a entender mejor las verdades fundamentales de nuestra fe. A través del estudio cuidadoso y riguroso de las Escrituras, podemos profundizar en nuestra comprensión de Dios, su naturaleza, sus atributos y sus planes para la humanidad. Además, podemos entender mejor la naturaleza del pecado, la necesidad de la salvación y la obra redentora de Cristo.

En segundo lugar, la apologética bíblica nos ayuda a responder a los desafíos y objeciones que se presentan contra la fe cristiana. En un mundo cada vez más secularizado, es común encontrarnos con argumentos que ponen en duda la existencia de Dios, la veracidad de las Escrituras, la validez de la fe cristiana y la moralidad de sus enseñanzas. La apologética bíblica nos proporciona herramientas para abordar estas objeciones de manera coherente y razonada, lo que nos permite comunicar la verdad de la fe cristiana de manera más efectiva.

En tercer lugar, la apologética bíblica nos ayuda a fortalecer nuestra propia fe en Cristo. Al enfrentar los desafíos y objeciones que se presentan contra nuestra fe, podemos experimentar dudas y preguntas que ponen en peligro nuestra propia confianza en Dios. La apologética bíblica nos permite enfrentar estos desafíos de manera racional y fundamentada, lo que nos ayuda a mantener nuestra fe y a crecer en ella.

En conclusión, la apologética bíblica es una disciplina esencial para todo cristiano que desee profundizar en su comprensión de las Escrituras, responder a los desafíos y objeciones que se presentan contra su fe, y fortalecer su propia confianza en Cristo. Al invertir tiempo y esfuerzo en esta disciplina, podemos crecer en nuestro conocimiento y amor por Dios, y ser testigos efectivos de su gracia y verdad en el mundo.

 

 

CAMINOS QUE PARECEN DERECHOS

Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es caminos de muerte.

Proverbios 14:12

Nadie se pierde intencionalmente. Todo viajero se propone llegar a su destino, pero hay influencias y circunstancias que desvían a algunos del rumbo correcto. Lo mismo se puede decir de la vida espiritual. Analicemos cuatro de esas influencias desviadoras.

¿POR QUÉ ESTUDIAR LAS DOCTRINAS FALSAS?

En defensa propia

El propósito de este libro es combatir estas cuatro influencias desviadoras que han apartado a muchas personas de la verdad. Jesucristo nos ha dicho: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Hay que seguirlo a Él de cerca, conocerlo bien. Nos comunicamos con Él constantemente en oración para que su luz nos ilumine. Le pedimos que nos guarde de todo error y nos conduzca al hogar celestial.

Dios nos ha dado la Santa Biblia como mapa para señalarnos el camino. El que no se ocupe de estudiarla no sabrá distinguir si es falsa o verdadera cualquier doctrina que se le presente. El que ignora las Escrituras confunde fácilmente el camino.

Hay muchos senderos doctrinales que parten del camino verdadero. Algunos de ellos parecen derechos, citan la Biblia y contienen mucha verdad, pero poco a poco van alejándose del camino verdadero. No se nota a primera vista el error. El que viaja por el camino al cielo debe comparar cuidadosamente las enseñanzas que encuentre con lo que se halla en su mapa, la Biblia.

Varias de esas religiones enseñan a sus miembros a ir de casa en casa procurando ganar adeptos para su fe. Se brindan a ayudarlos a comprender mejor la Biblia, y les enseñan el error. El estudiante debe basarse tan firmemente en las Escrituras que ni los argumentos, ni las invitaciones, ni el ejemplo de otros lo puedan apartar de la verdad revelada en Cristo y en su Palabra.

Hay mucha verdad en el refrán: “Guerra avisada no mata soldados.” Los miembros de nuestras iglesias deben estar al tanto de lo que enseñan tales grupos y conocer la refutación bíblica de sus errores. “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error” (Efesios 4:14).

Para ayudar a otros

La mayoría de los grupos que se estudian en este libro profesan ser cristianos, pero tienen ciertas doctrinas erróneas o corrientes teológicas que apartan de Cristo la fe para ponerla en otras cosas. Algunos se han desviado más y otros menos de la verdad. Entre ellos hay muchos buenos cristianos que aman y sirven al Señor a pesar de los errores que enseña su iglesia.

El conocimiento del error en el cual se encuentran las personas nos ayuda a presentarles la verdad que necesitan. Entre ellas se hallan muchas que desean conocer la verdad. Es de esperar que estos estudios nos inspiren mayor compasión hacia los que andan errados y nos muevan a orar y trabajar por su salvación.

Entre los nuevos convertidos en nuestras iglesias hay quienes han estado enredados en doctrinas falsas. Estos estudios pueden ayudarnos a comprenderlos y darles el auxilio que necesitan.

LOS PUNTOS DE ORIENTACIÓN

En vez de estudiar todas las doctrinas de cada grupo religioso, veremos cómo se ajustan o se apartan de cuatro puntos cardinales de la doctrina bíblica: Dios, el pecado, la salvación y la vida futura. Veremos también algo de su fondo histórico y algunas de sus creencias y prácticas que no se relacionen directamente con estos puntos cardinales.

En las páginas 4 y 5 del libro aparece un cuadro comparativo de las creencias principales de las iglesias o sistemas religiosos estudiados. Donde aparece la palabra “ortodoxo” (que significa “doctrina correcta”) quiere decir que se adhiere a la enseñanza bíblica en ese aspecto. Es bueno que el lector se familiarice con el cuadro antes de estudiar el libro, porque así asimilará más rápidamente la materia. El cuadro también le ayudará a repasar rápida y frecuentemente lo estudiado.

EL TRATO CON LOS DE OTRA RELIGIÓN

En cada capítulo se dan sugerencias para el evangelismo personal con personas del grupo que se estudia. Los principios fundamentales dados a continuación pueden servir en el trato con todos.

1. Reconozca desde un principio que los argumentos son incapaces de mover el corazón al arrepentimiento. Sólo el Espíritu de Dios puede hacer esto.

2. Ore por las personas a quienes desea llevar a Cristo, pidiendo que Dios les abra el corazón a la verdad.

3. Evite las discusiones acaloradas. “Que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, y escapen del lazo del diablo” (2 Timoteo 2:25, 26).

 4. Demuestre la cortesía y el amor de Cristo en todo momento, tomando en cuenta que la vida diaria se encarga de confirmar o desmentir las palabras que uno habla.

5. Nunca demuestre una actitud de “soy más santo que tú”.

6. Nunca critique la religión de la persona con quien trata ni a los fundadores de ella. No los ponga en ridículo. Las creencias religiosas de una persona le son muy valiosas y suelen estar profundamente arraigadas en ella. Si alguien las ataca, se siente obligada a defenderlas. Lo más probable es que se ofenda y no estará dispuesta a aceptar nada de lo que diga el que la ha “insultado” así.

7. Presente la verdad positiva del evangelio en vez de atacar las creencias de la persona. Así estará más dispuesta a recibir la enseñanza. Por ejemplo, si usted fuera una persona que orara a otros dioses, ¿a cuál de estos evangélicos estaría más dispuesto a escuchar? Uno le dice: “Es malo orar a esos dioses falsos; así se va a ir al infierno.” El otro le dice: “Quiero contarle lo que Dios hizo por mí en respuesta a la oración.”

8. No se ponga a discutir puntos de importancia secundaria que únicamente lo desviarían de la conversación principal.

9. Testifique de Cristo y de lo que Él ha hecho para usted y para otros. El gozo rebosante de una vida victoriosa atrae a más personas que grandes cantidades de buena lógica y argumentos acertados. El testimonio respaldado por la vida puede hacer que otros deseen lo que usted ha encontrado en el Señor.

10. Si no se han entregado a Cristo, invítelos a que se entreguen, arrepintiéndose del pecado y poniendo su fe en Él. Si logra eso, Él les iluminará la mente para entender las Escrituras y recibir la verdad que se les enseña. Note este orden en 2 Timoteo 2:25, 26. Al acercarse a la luz, las tinieblas se disipan. “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).

11. Aproveche los puntos en que estamos de acuerdo. Puede usarlos como punto de partida en vez de ir directamente a las diferencias. Por ejemplo, pueden darle gracias a Dios que tienen fe en Él en estos tiempos de tanta incredulidad. ¿Aman a Dios? Nosotros también. Entonces ¿por qué no orar juntos? ¿Quisieran tener una comunión más íntima con Dios? Señale los versículos que explican cómo alcanzarla.

12. Sea obediente al Espíritu Santo. Pida su dirección para hallar a los que andan descarriados y llevarlos a Cristo. Eso puede ser mediante la amistad, el obsequiarles folletos o el Nuevo Testamento, el invitarlos a acompañarlo a reuniones evangélicas o de alguna otra manera. Pídale al Señor que lo llene a usted de su amor y valor, y que lo use como instrumento para la salvación de las almas para la gloria de Dios.

AVISOS EN EL CAMINO

¡Cuántas veces una señal de carretera nos ha salvado la vida! PELIGRO: CURVA CERRADA, nos dice una. La vemos a tiempo, disminuimos la velocidad y atravesamos sin novedad un tramo peligrosísimo. El Departamento de Obras Públicas tiene la responsabilidad de señalar claramente los lugares peligrosos para proteger la vida de los viajeros. No cumplir ese deber sería negligencia criminal.

¿Y acaso los obreros del Señor no tienen la responsabilidad de marcar bien el camino de la vida? ¿No les corresponde señalar los lugares peligrosos para evitar que los viajeros se aparten de la sana doctrina y sufran un desastre espiritual?

Las cruces colocadas al lado del camino en algunas regiones le hablan silenciosamente al viajero. “¡Cuidado!—le dicen—. En este punto otros han perdido la vida.” De igual modo, la tragedia de los que han dejado el camino verdadero para seguir doctrinas erróneas sirve de advertencia contra las tendencias que los desviaron de la verdad.

Estas mismas tendencias pueden surgir en cualquiera de las iglesias evangélicas y ocasionar estragos. Por ese motivo se incluye en cada capítulo la sección “Avisos en el camino”. Señala algunas tendencias peligrosas que a veces se presentan. Si las toma en cuenta el pastor, podrá reconocer a tiempo el problema y evitar dificultades serias en la iglesia.

El tratar sobre problemas existentes en iglesias evangélicas no es por espíritu de crítica ni de pugna. Tampoco es para indicar que es una situación característica o general. Es sencillamente para cumplir con la responsabilidad que nos corresponde de marcar bien el camino. “Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él” (Isaías 30:21). “Haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino” (Hebreos 12:13).